Los pies suelen ser los grandes olvidados de nuestro cuerpo. Caminamos, corremos, usamos zapatos apretados, sandalias o incluso andamos descalzos, y ellos siempre están ahí, soportando todo nuestro peso. Sin embargo, no solemos darles la atención que merecen hasta que aparece un problema evidente: los talones agrietados. Esa piel seca, endurecida y con pequeñas fisuras no solo resulta antiestética, sino que también puede causar dolor y molestias al caminar.
Lo bueno es que este problema no es irreversible. Con algunos cuidados básicos y un poco de constancia, es posible devolverle a los pies esa suavidad que tanto añoramos. Y lo mejor de todo: no necesitas tratamientos complicados ni productos costosos para lograrlo. ver el video.